Muchas personas piensan que realizar una traducción es una tarea muy sencilla ya que únicamente se trata de cambiar una palabra en un idioma por su equivalente en otro idioma. Sin embargo, la teoría poco tiene que ver con la realidad; de hecho, si así fuera, el resultado sería tan pobre que cualquier persona se daría cuenta que la traducción no es correcta.

Las traducciones – textos contextualizados
Por ejemplo, hace poco uno de nuestros clientes nos envió una fotografía que había tomado en una playa en la que estaba prohibido nadar. El cartel, literalmente, decía así: “No swimming – No Natación”; cualquier hispanohablante enseguida se da cuenta del terrible error, incluso un niño de primaria. Visita nuestro blog.
Es cierto que en una traducción hay que tener muy en cuenta el significado de todas y cada una de las palabras que se van a traducir; sin embargo, otro aspecto que se debe tener en cuenta es la adecuación de esa palabra en el contexto y sobre todo en el país y/o cultura al que va dirigido la traducción. No se puede traducir literalmente ya que con toda seguridad se van a cometer muchos errores significativos.
Las traducciones – servicios de un traductor profesional
Esta es la razón por la que a la hora de realizar una traducción se deben utilizar los servicios de un traductor profesional y no un traductor automático que se pueda encontrar en línea. Únicamente un traductor profesional le puede garantizar que el texto ha sido contextualizado al nuevo idioma y que no se ha hecho una traducción literal palabra por palabra.
Los traductores automáticos están diseñados para traducir literalmente palabra por palabra y no tienen la capacidad (o mejor dicho el sentido común) necesaria de poder interpretar una palabra dentro de un contexto determinado.
Así que recuerde, si necesita realizar una traducción, deje esta tarea a los profesionales. Es cierto que utilizar un traductor automático también puede hacer el mismo trabajo y más barato, pero la calidad nunca va a ser la misma; “A la larga, lo barato sale caro”.