Cuando alguien necesita una traducción escrita y le hablan de traducción e interpretación, muchas personas confunden ambos términos ya que piensan que es lo mismo. Sin embargo aunque en ambos casos se transfiere de un idioma a otro, la realidad es que la traducción y la interpretación son términos parecidos pero diferentes; es como si fueran esos “típicos primos lejanos”.

El trabajo de los traductores y los intérpretes es traducir de un idioma a otro; sin embargo el traductor lo hace de manera escrita mientras que el intérprete utiliza el lenguaje oral. Eso sí, el objetivo de ambos es traducir desde el lenguaje de origen hasta el de destino de una manera comprensible y equivalente teniendo en cuenta las diferencias culturales que los separa.
Ambas profesiones, la traducción y la interpretación, requieren de un conocimiento a nivel nativo de los dos idiomas que van a traducir; pero también hay diferencias entre las dos profesiones, sobre todo en cuanto a formación y las habilidades lingüísticas. Visita nuestro blog.
Una de las habilidades básicas de un traductor es escribir correctamente, en lo que a la gramática se refiere, además de expresarse claramente según la cultura del idioma que se va a traducir. Por esta razón, únicamente debe confiar sus traducciones a traductores profesionales ya que ellos son los únicos que tienen estas habilidades; tenga en cuenta que una persona sea bilingüe no significa que sea un buen traductor.
Por otro lado un intérprete además de tener las mismas habilidades que un traductor, también debe tener la agilidad mental para traducir de manera oral correctamente y al instante de un idioma a otro.
Esto significa una mayor capacidad mental ya que mientras un traductor puede tener todo el tiempo que precise para traducir y/o buscar el significado de una palabra, el intérprete no tiene este tiempo y debe realizar la traducción simultáneamente.
Y usted que necesita, ¿un intérprete o un traductor?